En estos días se debate en blogs en Estados Unidos cuáles fueron las causas de que la Administración Obama optara por dar el giro hacia la austeridad fiscal antes de que la recesión hubiera amainado. (Ahora que lo pienso, ya van dos Administraciones seguidas que deciden cambiar de prioridades sin terminar la tarea. Bush estaba aún enredado en Afghanistán y decidió dedicarse a Iraq. Obama estaba aún enredado con el desempleo y decidió dedicarse al déficit.)
Al parecer, según los cronistas informados, parte del asunto fue una división ideológica dentro del equipo económico de la Casa Blanca. Por un lado estaba Christina Romer y Peter Orszag (entre otros) a favor de seguir atacando el desempleo y de otro Tim Geithner defendiendo más austeridad. Lo que me llama la atención en estos recuentos es que se presenta como un enigma el por qué Obama optó por la visión de Geithner y no la de Romer/Orszag.
Esto me recuerda la anécdota que se le atribuye a Stalin cuando alguien le dijo que había que contar con el Papa y Stalin preguntó "¿Cuántas divisiones comanda el Papa?" Veamos: Christina Romer es una economista muy respetada, profesora de larga trayectoria en Berkeley y, en el momento de la discusión, presidenta del Consejo de Asesores Económicos de la Presidencia. Pero Tim Geithner era (¡y es!) el Secretario del Tesoro.
Es decir, los dos famosos campos de esta discusión están formados por: por un lado, una profesora y otros tantos académicos de excelentes credenciales y de muy buenas intenciones, por el otro lado, el Secretario del Tesoro, con la tecnocracia que él dirige y, por supuesto, todas las excelentes conexiones de Tim Geithner con el mundo financiero desde cuando era presidente de la Reserva Federal de Nueva York. ¿Cuál pesa más? ¿Cuál creen Uds. que va a ser más escuchado por Obama?
A propósito, ¿saben quiénes se perjudican si el gobierno adopta una política de austeridad en medio de altos niveles de desempleo? Los desempleados, por supuesto, y aquellos que podrían serlo pronto. En cambio, ¿quiénes se beneficia? Pista: ¿a quién le conviene que la inflación se mantenga baja para defender el tipo de interés real? A los acreedores, especialmente los tenedores de bonos. ¡Qué raro que no escuchen a Christina Romer! ¿Cierto?
Wednesday, June 8, 2011
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