Por allá a comienzos de los 90s (y esta entrada bien podría ser parte de mi serie sobre la Constitución), uno de los pilares retóricos de las reformas neoliberales era el de la famosa "década perdida" de América Latina. Discurso tras discurso, conferencia tras conferencia, los pontífices de la nueva ortodoxia nos decían que era necesario cambiar de rumbo porque Colombia se estaba rezagando respecto a, por ejemplo, Corea del Sur. En aquella época mi reacción era: "Corea del Sur en sus años de crecimiento vertiginoso era más proteccionista, más intervencionista que Colombia." Pero bien, eso son detalles.
Después, cuando me tocó dictar clases sobre América Latina y tenía que explicarle rápidamente a mis estudiantes el asunto de la década perdida, me di cuenta de que había una forma muy sencilla de entender por qué América Latina dejó de crecer en los 80s. Era un fantástico despliegue de la "cuchilla de Occam." Nada de complejidades teóricas acerca de modelos de crecimiento, residuos de Solow, no convexidades en la función de producción, fallas en la eficiencia asignativa, nada de eso. La explicación más sencilla era:
América Latina dejó de crecer en los años 80 porque sus políticas económicas no estaban dirigidas a crecer sino más bien a pagar la deuda externa. Punto.
Súbitamente todo encaja: ajustes fiscales para reducir la demanda interna y así aumentar el excedente disponible para exportar sumado a maxidevaluaciones para poder transformar ese excedente exportable en la mayor cantidad posible de dólares. Lo curioso es que esa tijera (demanda interna reprimida, tipo de cambio devaluado) ¡era similar (con instrumentos diferentes) a la de Corea del Sur! La diferencia es que Corea del Sur podía utilizó esos instrumentos, y el excedente que generaban, para industrializarse. En cambio, América Latina tenía que pagar sus deudas. Cuando uno está endeudado no le queda plata para invertir. Eso lo entiende cualquier estudiante de pregrado.
Ahora, esta respuesta lleva a otra pregunta: ¿por qué América Latina tenía que pagar tanta deuda externa? Fácil: porque se endeudó, muchas veces con bancos privados y el Fondo Monetario Internacional, en lugar de dejar que los bancos privados sufrieran las consecuencias de sus préstamos irresponsables, salió a "rescatar" a América Latina con paquetes que en realidad eran un rescate a los bancos. Las virtudes del libre mercado se aprecian mucho más cuando alguien lo protege a uno de sus consecuencias.
Listo. Ya lo dije. Me saqué esta piedra que tenía atragantada. ¿Por qué la saco ahora? Por dos razones simples. Una, porque la historia se está repitiendo, ahora en Europa del Sur. Dos, porque hoy me encontré con un artículo de Krugman que le dedica unos rengloncitos a lo mismo. Así que ya comparto mi piedra con un Premio Nobel.
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Y lo pero es que Amércia Latina sí se endeudo, pero no era una deuda del otro mundo. Era una deuda en general mucho mas manejable que las deudas que hoy tienen países industrializados. La deuda se volvió impagable por lo que se llamó el Volcker Shock, cuando el Director de la FED gringa, contra todos los pronósticos subió de manera radical las tasas de interés gringas. Solo en ese momento las deudas latinoamericanas (la mayoria) se hicieron impagables. Pero antes de eso, dentro de circunstancias normales y previsibles, sin shocks inducidos por el banco central gringo, las deudas se habrían seguido pagando, unas veces mejor que otras, pero sin crisis o, peor aun, décadas perdidas.
ReplyDeleteMuy buen post. Gracias