Friday, December 23, 2011

El Socialismo en la Gran Recesión

Reaparezco después de un prolongado silencio. Han pasado muchas cosas en estos días. En Colombia las FARC mataron 4 soldados, en Libia mataron a Ghaddafi, en España perdió el PSOE y ahora se murió Kim Jong Il. No sé si tenga tiempo de comentar alguno de estos eventos. Ya veré. Pero quería escribir algo distinto porque he estado pensando en estos días en asuntos de largo plazo. (De pronto logro convertir esto en un ensayo más adelante.)

Antes de continuar: Feliz Navidad!! Por si acaso no logro escribir nada antes del 31, Feliz Año Nuevo!!

Por ahora quiero organizar mis ideas respecto a una pregunta que circula hace bastante en el debate político: Por qué la mayor crisis del capitalismo en los últimos 70 años no ha servido para reavivar al socialismo? No esperen una respuesta coherente aquí. Simplemente ideas sueltas.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que la actual crisis ocurre después de tres décadas de erosión de los pilares sobre los que se había cimentado el socialismo del siglo XX. Para entender este punto, volvamos un momento a lo que podría ser el fin de la edad de oro del socialismo del siglo XX: el año 1975.

Después de terminada la Segunda Guerra Mundial, el socialismo, en todas sus vertientes, se convirtió en una de las fuerzas políticas más relevantes del mundo. El periodo 1945-1975 es el periodo de más expansión geográfica del comunismo. Antes de la Segunda Guerra Mundial, la única revolución comunista exitosa había sido la soviética. Después del 45, la ocupación del Ejército Rojo añade muchos más países a la esfera del "socialismo real" (para no hablar de los dos casos donde guerrillas comunistas domésticas derrotaron al fascismo sin soldados soviéticos: Yugoslavia y Albania). Solo 4 años después el país más poblado del mundo se vuelve comunista: China. Aunque se sigue discutiendo hoy en día, en retrospectiva queda claro que Stalin no tenía planes expansionistas tan ambiciosos como Occidente creía en aquel entonces. Aunque Stalin incidió un poco en la crisis de Corea (que, de todas maneras era una guerra civil), dejó muy claro que América Latina era parte del área de influencia de Estados Unidos, dándole a los partidos comunistas de la zona la instrucción de ser legalistas.

Pero, independientemente de los planes soviéticos, el movimiento comunista mundial siguió creciendo después del 45. Incluso, aunque la crisis del 56 lo fragmentó en forma irreversible, esta fragmentación tal vez tuvo el efecto neto de impulsar aún más su crecimiento, especialmente en el Tercer Mundo. Como si fuera poco, un movimiento que no era parte del movimiento comunista internacional (el M-26 cubano) viró rápidamente hacia el comunismo y comenzó a irradiar una enorme influencia no solo en América Latina sino en todo el mundo subdesarrollado.

El fracaso económico de la esfera comunista hacia finales de los 80 hace fácil olvidar que para 1975 casi todas las economías del "socialismo real" habían alcanzado registros de crecimiento económico, desarrollo e industrialización bastante notables. Con todas sus ineficiencias, la planificación central puede propiciar rápido despliegue de recursos en algunos sectores clave.

Pero el auge del socialismo iba mucho más allá del movimiento comunista. El comunismo era únicamente una facción m'as, tal vez la más radical y geopolíticamente influyente, pero en últimas pequeña, dentro de una amalgama de movimientos y partidos políticos de izquierda. En Europa Occidental los partidos socialdemócratas llegaban al poder rutinariamente, con mayorías notables. Incluso en Estados Unidos, el Partido Demócrata, profundizando las políticas del New Deal, es capaz de alcanzar sus mayores victorias electorales (la elección de Johnson en 1964).

A mi modo de ver, este "momento socialista" tiene dos componentes que le dan fuerza. Primero, las élites económicas de Europa Occidental, en buena medida como resultado del espectro comunista en sus fronteras orientales, estaba dispuesta a aceptar transacciones políticas con los movimientos obreros y socialistas que eran impensables antes de la guerra. En Europa del Sur este proceso ocurre con algo de retraso. Es necesaria la caída de las dictaduras fascistas de España y Portugal y la asimilación del Partido Comunista Italiano desde fines de los 60 dentro del sistema político.

En segundo lugar, el sistema de Bretton Woods logra crear un "cordón sanitario" en torno al mercado de divisas para que en las economías industrializadas la política cambiaria se convierta en una herramienta de estabilización de largo plazo, dejando libre la política fiscal para manejar el corto plazo con herramientas keynesianas. De contera, aunque es un efecto muy, pero muy importante, Bretton Woods logra establecer un mecanismo mediante el cual los principales acreedores de los estados son organismos multilaterales, en vez de ser, como lo habían sido históricamente y como lo volverán a ser después, agentes particulares. (Este es un punto que tengo que investigar más ya que tengo mis dudas sobre algunos detalles importantes. Cualquier contribución se agradecerá.)

Estos dos componentes tienen un triple efecto: paz social doméstica pactada con el movimiento obrero, financiación de dicha paz social mediante una presencia significativa del Estado, tanto en lo estructural (generador de empleo, propietario) como en lo coyuntural (estabilizador del ciclo económico), posición defensiva del capital que, restringido en sus movimientos y temeroso de un estallido político, acepta ahora los resultados de este arreglo.

Para 1975, todos los ingredientes de este esquema están o destruidos, o en vías de descomposición. Ese el tema del siguiente capítulo de esta serie.

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