Con tanta discusión sobre la necesidad de reestructurar las deudas del Sur de Europa (o de Irlanda), siempre se pone de relieve el tema de las supuestas consecuencias tan terribles que traería cualquier decisión que le cueste algo de plata a los banqueros. Se nos dice que el trauma duraría años, que nadie invertiría en estos países, que el crecimiento se paralizaría y que, horror de horrores, Justin Bieber lanzaría un nuevo disco. Nótese cómo todas estas cosas ocurrirán también si no hay reestructuración (en especial el disco de Justin Bieber). Los pronósticos de crecimiento en estos países ya son terribles. Entonces, se pregunta uno, si igual la economía va a crecer muy poco (o nada) ¿no será mejor que por lo menos mientras cesa la horrible noche se pueda atenuar el sufrimiento de muchos con medidas remediales en vez de pagarle todo a los acreedores?
Pero bueno, dejemos de lado estas consideraciones para concentrarnos en otra que no veo expresada muchas veces. Ya llevo casi un año viviendo en España (y hace poco viví otro año más). Es uno de los países más pobres de la Unión Europea pero al mismo tiempo es un país muy, muy rico. El nivel de vida en España es de los mejores del mundo. Hay partes de España que no tienen nada que envidiarle a ningún otro país del Primer Mundo.
Todo esto lo digo porque se me ocurre una herejía: si mañana resultara que España (o Europa en su conjunto) no van a tener ningún crecimiento per capita en los próximos veinte años, no sería ninguna tragedia. Los 400 millones de europeos (junto con los 300 millones de norteamericanos) son el grupo humano más afortunado de la historia. No veo por qué tengamos que perder el sueño ante el prospecto de que los "pobrecitos" mantengan su actual nivel de vida por una generación más. Y eso que no me he metido a hablar de consideraciones ambientales.
Me dirán que es una locura en especial porque en Europa de todas maneras sí hay gente pobre y hay muchísimos desempleados en este momento. Perfecto. Con el actual PIB europeo, sin crecimiento per capita, hay suficiente para sacar de la pobreza a los que se han quedado rezagados. Además, empleo y crecimiento no necesariamente van de la mano. Se puede generar empleo creciendo poco y se puede crecer generando poco empleo (como lo ha hecho Colombia últimamente). El punto no es que Europa deba fijarse como meta el crecimiento cero. El punto es que el crecimiento no tiene por qué ser una prioridad en Europa. Más bien la prioridad debería ser acabar con los reductos de pobreza que quedan (lo que implicará una cantidad de políticas de inclusión de los inmigrantes) y generar empleo o mecanismos para aumentar la permanencia escolar de los jóvenes. Si esas metas se logran con crecimiento del 5%, santo y bueno. Pero si se logran al costo de un crecimiento per capita de 0%, no es para llorar.
A todas estas, el crecimiento de los últimos años, el de las burbujas inmobiliarias, ¿a dónde fue a parar? ¿Contribuyó a resolver problemas de pobreza y exclusión de largo plazo? Lo dudo.
(Un punto adicional que no me cabe en otra parte: oigo mucho ahora a la gente lamentando el hecho de que la burbuja de la construcción llevó a muchos jóvenes a salirse de estudiar para trabajar en la construcción y que, por eso, ahora son inempleables. Cierto. Pero fíjense que esos jóvenes, al tomar esas decisiones, estaban haciendo exactamente lo que las élites económicas les han dicho que hagan: acatar las señales del mercado. Lástima que cuando los banqueros de inversión acatan las señales del mercado, se vuelven multimillonarios mientras que cuando lo hacen los albañiles se quedan desempleados.)
Africa necesita crecimiento, Asia necesita crecimiento, América Latina necesita crecimiento. ¿Europa y Estados Unidos? No estoy seguro.
Sunday, May 22, 2011
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