Eso no quita el hecho de que se fue un grande. Hace mucho tiempo esperábamos el fin. Pero no por eso es menos triste. No llegó a los 100 años. Le faltaron pocas semanas. Ni siquiera pudo llegar al homenaje que le tenían preparado hoy en la Feria del Libro de Buenos Aires. Hasta en la hora de la muerte su destino fue irregular. Pero no importa. En cierto modo, al hablar de su vida y de su tiempo, siempre será acertado referirse al "siglo de Sabato." Pocos vivieron este siglo como él y a pocos les dolió tanto como a él.
¡Adiós Ernesto!
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