Como estoy en Estados Unidos, me ha tocado ver el Mundial por Univisión aunque, justo es reconocerlo, han hecho un mejor trabajo de lo que yo esperaba de ellos. (Siempre me pareció horrible la televisión latina en Estados Unidos.) Allí los comentaristas andan con un tema que me recuerda una vieja cantinela de los comentaristas de fútbol en Colombia: la disyuntiva entre el "juego bonito" y el "juego efectivo." Por ejemplo, en el partido Brasil - Holanda no se cansaban de señalar que el equipo de Dunga ya no hacía el "jogo bonito" de los 70s. Cuando Alemania aplastó a Argentina decían que había ganado sin un juego vistoso.
Todo colombiano de mi edad se ha visto en esta discusión y hoy por fin puedo fijar mi posición por escrito: es una disyuntiva absurda. No existe un "juego bonito" e "inefectivo." Si a uno le gustan los "taquitos," los "sombreritos," las "bicicletas" como una forma de arte, entonces compre tiquetes para los entrenamientos donde los jugadores hacen de eso y mucho más. El fútbol es un juego y como tal tiene una meta: hacer más goles que el contrario. De pronto es por mi sesgo de ajedrecista oxidado pero para mí el "juego bonito" es con goles. Un gol es una solución a un problema complejo. Si la pelota pasa la raya, es una buena solución y sólo entonces nos ponemos a ver si es una solución elegante, como en matemáticas. No hay una solución bella y equivocada. Si la pelota no entra, no sirve, punto.
En el primer tiempo de su partido contra Holanda, Brasil arrolló a Holanda. Era una máquina. Para mí, eso es bello, elegante, y todo lo demás. Como sufrido hincha de la Selección Colombia de los 90s, me parece más bonito, más vistoso, un equipo que en cuatro pases llega al arco contrario y mete la pelota (como Alemania contra Inglaterra) que un equipo que hace pases y pases y pases sin acercarse a la meta, como Colombia en aquella época. Hoy en día España toca muy bien el balón. Hace pases excelentes, toques magistrales, como quieran. Pero son excelentes y magistrales porque llegan al arco contrario y hacen gol. (Bueno en el Mundial no tanto, en la Euro 2008 sí.)
El futbolista debe tener, como decía Weber del político, la "ética de la responsabilidad."Es decir, no es solo cuestión de que los actos parezcan nobles, sino que también el resultado final importa. No basta con que la pirueta con el balón se vea preciosa en la repetición sino de que produzca un ataque peligroso. No basta con que el candidato parezca incorruptible, sino que su estrategia lleve a la derrota de los corruptos. Ah, perdón, se me olvidó que sólo iba a hablar de fútbol.
Mañana otro dilema ético complicado: el penalty de Luis Suárez. (Adelanto: creo que no tiene ninguna falla ética, pero estoy revisando mis argumentos.)
Esto te define como un Bilardista puro.
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