En ciencias sociales, la "construcción social" es uno de los remiendos más famosos. Si uno tiene un argumento que no funciona bien y que le da pereza tratar de arreglarlo, puede decir que el fenómeno en cuestión es una "construcción social." Así nadie va a entender cabalmente el argumento, pero tampoco le van a preguntar más.
Pero resulta que sí hay cosas que son una "construcción social," es decir, conceptos que parecerían ser absolutos pero que en realidad dependen de circunstancias sociales específicas. Las guerras están llenas de eso.
Por allá a comienzos de los 90s, cuando salió libre Pacho Santos (a propósito, ¿qué fue de la vida de él?) se puso de moda decir que el secuestro era el peor crimen que se podía cometer. Por lo menos eso decían algunas propagandas de televisión y mi universo de muestra, muy representativo él, de estudiantes de los Andes.
Aquí debo hacer una pequeña pausa para una anotación autobiográfica. Todos tenemos algunos eventos políticos que en nuestra juventud nos marcan. No digo que nos definen, pero que sí son un hito. Para mí, uno de esos primeros hitos (vendrían otros) fue la masacre de Segovia de 1988. Todavía me acuerdo de las imágenes del periódico con las calles ensangrentadas. (La Mejor Esquina, La Negra y La Rochela son para mí otros nombres decisivos de aquella época.)
Por eso, cuatro años despues, cuando mis alumnos en los Andes me decían que el secuestro era el peor crimen del mundo, yo sentí una brecha emocional con ellos. Yo no entendía por qué para ellos el secuestro era peor que algo como la masacre de Segovia, por qué no les generaba la misma indignación, por qué pedían la pena de muerte para secuestradores pero no para los autores de crímenes como aquellos. (Conste que yo siempre he estado en contra de la pena de muerte.)
Pues bien, la historia se repite. La definición oficial de terrorismo es el uso de la violencia contra civiles con fines políticos, muchas veces de propaganda. Bombas en centros comerciales, clubes sociales, aviones de pasajeros, todo lo cual ha pasado en Colombia, son inequívocamente casos de terrorismo. Un grupo armado, dizque para "enviar un mensaje de fuerza" a la sociedad, decide que la vida de algunos civiles indefensos puede ser usada como herramienta de propaganda. Repugnante.
Entonces, si otro grupo armado para "enviar un mensaje de fuerza," mostrando que le está infligiendo enormes bajas al adversario, decide que va a valerse de la vida de algunos civiles indefensos, solo que se toma el trabajo de llevárselos de Soacha a Ocaña y de ponerles uniforme, eso ¿cómo se llama? No sé. Pónganle el nombre que quieran. Pero no le digan terrorismo.
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