A la base de mi discusión sobre el artículo de Carrasquilla está el viejo tema de la movilidad del capital. Como buen neoliberal, Carrasquilla cree que el capital es infinitamente móvil y que por eso cualquier intento de gravarlo sólo lleva a su fuga.
Por allá en los años 80 Alvaro Gómez (que en su vida pasó por varios tipos de derecha ideológica) se la pasaba insistiendo en que no tenía sentido "repartir pobreza" sino que tocaba "crear riqueza para luego repartirla." Aunque Gómez llamaba a eso "desarrollismo" (se imagina uno que por consideraciones electorales) era en realidad una postura más bien similar a la del neoliberalismo actual. (El verdadero "desarrollismo" latinoamericano, digamos el de Kubitschek en Brasil o Frondizi en Argentina, era más bien de centro-izquierda.) El problema de esta postura es que supuestamente lo que hay que hacer es atraer capital (confianza inversionista, ¿les suena?) y para eso hay que bajar impuestos y flexibilizar el mercado laboral, es decir, eliminar los instrumentos con los que supuestamente se iba a repartir la riqueza creada.
Empíricamente el capital no parece ser tan volátil como lo sostienen los neoliberales puros. Al fin y al cabo, cada sitio tiene sus especificidades de modo que no es que toda alternativa de inversión sea un sustituto perfecto de las otras. A propósito, eso explica en parte por qué la izquierda en América Latina siempre fue industrializadora: porque la industrialización es la forma de aumentar la especificidad del capital, haciéndolo menos móvil y, por eso, más gravable. A mi como izquierdista nostálgico me pareció terrible el día que en América Latina (por allá en las épocas de Menem) se volvió de mala educación hablar de industria.
Pero, y con esto llego a la parte más herética, supongamos por un momento que la postura neoliberal tiene razón y que el capital es infinitamente móvil. Entonces, es injusto que haya unas pocas personas que son dueñas de un recurso que no se puede gravar mientras le echan a todos los demás la carga impositiva. Entonces, lo correcto es que todos se vuelvan capitalistas. En ese caso, lo que hay que hacer es estatizar la mayor cantidad posible de activos y, o bien dárselos a todos los ciudadanos en forma de "demogrants" o que el Estado los maneje a nombre de la Nación.
Se me dirá que si un Estado hace eso se le va toda la inversión extranjera. Alguien debería llevarle la noticia al gobierno chino. Buena parte de la economía china funciona con propiedad mixta donde el Estado tiene participación en varias empresas, a veces mayoritaria, y eso no ha impedido que llegue la inversión extranjera.
Es más, sospecho que ese sistema genera bastante "confianza inversionista." Si Ud. es socio del Estado, sabe que el Estado lo aceptó porque es un buen negocio para él. Eso mismo hace que el Estado no tenga muchas razones para renegociar el acuerdo: ya está sacando la tajada que podía y no hay razón para creer que pueda sacar más.
No estoy diciendo que hay que nacionalizar toda la economía. Sabemos que eso tiene muchísimos riesgos. Pero sí quiero que se tome como una invitación a los neoliberales a mostrar cierta consistencia intelectual. Es decir, si creen que el capital es tan móvil como dicen, ¿con qué instrumentos se puede redistribuir riqueza si a cualquier intento de gravarlo se va? Y, si esto es cierto, ¿no sería entonces mejor descentralizar al máximo la propiedad sobre el capital para que todos los ciudadanos puedan beneficiarse de semejante inmunidad tributaria?
Tuesday, June 8, 2010
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