Debo confesar que llevo mucho tiempo sin seguir de cerca los debates de la economía colombiana. Tengo algunas ideas generales pero no presumo de ser experto. Pero algo sé de economía en general (tengo, a mucha honra, un Ph.D en la materia, ahem, ahem) y además, como insisto en que la izquierda en Colombia tiene que ponerse a la tarea de formular un programa radical, entonces ayer me puse a desasnarme y me topé con unas cuantas columnas de Alberto Carrasquilla. Carrasquilla, lo sabemos quienes lo hemos visto en acción, no tiene un pelo de tonto así que si este blog genera debate, espero que sea respetuoso. Pero esta columna es bastante extraña.
Primero, yo apreciaría que Carrasquilla no apelara al viejo recurso de decir que quienes estamos en desacuerdo con él es porque "no hemos logrado comprender el concepto de incidencia tributaria." (¿Si les conté que yo tengo un Ph.D en Economía? ¿Si les conté que cuando fui monitor de Michael Boskin, tan conservador como Carrasquilla, por cierto, unas cuantas sesiones se nos fueron explicando el concepto de "incidencia tributaria"?) Esa forma de argumentar me molesta. Los economistas, en todo el espectro ideológico, incurrimos en eso de decir que el resto de los mortales deben dejarse sermonear por nosotros que somos los poseedores del verdadero saber. Pero por difundido que sea el hábito, eso no lo vuelve menos molesto y nocivo.
Entrando en materia, el argumento de Carrasquilla es que la regulación laboral en Colombia ha creado un "mini Estado del bienestar" para unos pocos, financiado con impuestos que se le pasan al resto (de ahí lo de la incidencia) que nunca tendrán acceso a él. Lo del "mini Estado del bienestar" es muy cierto. ¡No lo sabré yo que recibí educación y servicio médico de primerísima calidad por cuenta de Ecopetrol!
Pero el diagnóstico tiene dificultades. Dice Carrasquilla, para exonerar a la clase capitalista colombiana que la "clase empresarial ganaría mucho más dinero en un país formalizado, educado y pujante." Aquí hay un sofisma. Si estamos hablando de formalidad laboral, hablemos de formalidad laboral. Lo de educación y "pujanza" es otra cosa que no viene al caso. Claro, Carrasquilla dirá que si se desregula el mercado laboral colombiano habrá más riqueza y más educación, pero eso es, en el mejor de los casos un efecto indirecto y en el peor, está suponiendo aquello que debe demostrar, una "petición de principio" en buen romance. Entonces concentrémonos en lo de la formalidad. Si al empresariado colombiano le conviene la formalidad laboral, nada le impide contratar formalmente. Si es cierto que ganan más dinero así, ¿por qué no lo hacen?
Carrasquilla se lamenta del "salario mínimo excluyente" pero comienza la columna lamentándose de que 42.5% de los hogares reciben menos que el salario mínimo. ¿Cuál es, entonces? ¿Hay que lograr que ese 42.5% se meta al sector que gana el salario mínimo, caso en el cual el salario mínimo es una conquista que hay que defender y extender? ¿O hay que acabar con el salario mínimo y dejar que caigan los salarios en el sector formal, caso en el cual lo del 42.5% eran lágrimas de cocodrilo?
Carrasquilla insiste en que la incidencia de estas regulaciones no cae sobre el capital sino sobre los consumidores. Primero, me parecería muy raro que ninguna parte de la carga incida sobre el capital. Si la memoria no me falla de mi monitoría con Boskin, eso pasaría si la curva de oferta del capital (y/o la de demanda del producto final) fuera infinitamente elástica. Si no es así, algo debe estar pagando el capital.
No he visto los datos en Colombia pero me sorprendería muchísimo que Carrasquilla tuviera toda la razón en este punto. En casi todos los países del mundo las regulaciones laborales han generado la resistencia de las clases capitalistas (hay excepciones a las que me referiré después). Sería muy raro que se resistieran con garras y dientes a políticas cuyo costo ellos simplemente se lo pueden trasladar a los consumidores y trabajadores.
Obvio, toda conquista laboral genera "insiders" y "outsiders" porque rara vez las conquistas laborales cubren todo el mercado. (A propósito, ¿saben cuál conquista no tendría ni "outsiders" ni "insiders? La renta básica.) Pero la solución a este problema, si a uno de verdad le importa, es generar mecanismos para extenderlas a más gente, no acabarlas de un tajo que es, en últimas, la propuesta de Carrasquilla.
En el fondo, el tema es político, es decir, es un asunto de cuanto poder acumula el capital ante el trabajo y no, como cree Carrasquilla, cuestión de "vacunas y antibióticos" que todo economista conoce pero que algunos yerbateros (de izquierda, obviamente) no han aceptado que existen.
Tuesday, June 8, 2010
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