Lo que me ocupa hoy es el señor Rand Paul. Es hijo de Ron Paul, un senador de Texas, del Partido Republicano, pero que se ha presentado siempre como un libertario. En Estados Unidos el libertarianismo es una doctrina asociada siempre con la defensa de la iniciativa privada, el capitalismo, las libertades individuales (por ejemplo en materia de aborto, drogas, divorcio, matrimonio homosexual) y con el ataque a toda intervención del gobierno. El mismo Ron Paul, por ejemplo, quisiera acabar con la Reserva Federal (se imagina uno que para volver a los tiempos de la "banca libre" o emisión de dinero por agentes privados). En Colombia no hay muchos exponentes de este tipo de libertarianismo pero los hay y muy influyentes.
En estos días el señor Rand Paul, recién elegido como candidato republicano, se metió en un lío porque criticó el "Acta de los Derechos Civiles" de 1965, que es la ley que acabó con el sistema de segregación racial en el Sur de los Estados Unidos. El argumento de Paul no es racista; simplemente él dice que no está de acuerdo con que el gobierno le imponga restricciones a negocios particulares para prohibirles discriminar en contra de alguien (en este caso, los negros). En los tiempos de la segregación (el sistema Jim Crow, como se le conoce en USA), era común que muchos negocios prohibieran el ingreso de negros y cosas por el estilo, actos privados, individuales de segregación. Entonces, Paul dice que él no podría apoyar una regulación estatal en contra de dichas prácticas.
Independientemente de lo que uno piense, hay que admirarle a Paul su consistencia ideológica. (Bueno, no tanto: hoy mismo se echó para atrás. Ya vio que era una posición políticamente muy costosa.) Pero el asunto tiene un ángulo filosófico interesante: para los libertarios la fuente de toda injusticia es el gobierno. Los individuos pueden en ocasiones cometer actos repudiables pero, mientras exista un orden de libertades individuales, esos actos no generan injusticias sociales masivas.
Creo que Jim Crow es uno excelente ejemplo de uno de los puntos ciegos del libertarianismo. Lo que Jim Crow demostraba era que, precisamente, los individuos también pueden imponer injusticias sociales tan grandes como las de cualquier gobierno. En el fondo, yo creo que el problema es que el libertarianismo carece de una buena noción de lo que es una estructura de poder. Para el libertarianismo los individuos en el mercado siempre existen como iguales, pero esto ignora que en cualquier mercado, por competitivo que sea, siempre van a existir asimetrías de poder.
En el mercado laboral, por ejemplo, ese fue el punto que reconoció Marx: aunque la compra-venta de fuerza de trabajo es libre, el empleador tiene poder sobre el empleado dentro de la firma, por más competencia que haya fuera de ella. El mercado de trabajo no es tan competitivo que sea posible renunciar hora a hora y contratar hora a hora. Esto hace que dentro de la firma se generen relaciones de poder.
Lo mismo ocurre con los negocios particulares. Si un supremacista blanco tiene una panadería en algún pueblo de Carolina del Sur y le prohibe la entrada a negros, es ingenuo creer que inmediatamente va a surgir otra panadería igual de elegante y bien dotada pero que no discrimine. Puede que con el tiempo alguien la abra. Pero entre tanto esta situación genera injusticia y sufrimiento. ¿Por qué negar que la acción del gobierno tiene allí un espacio legítimo?
Como dije antes, el libertarianismo en Colombia no es una doctrina muy difundida. Pero es importante en Estados Unidos y Estados Unidos es importante para Colombia. Así que, aunque se trata de una elección de Kentucky, creo que no está de más que los colombianos que siguen este blog le pongan atención. No quiero que esto se tome como una demonización del libertarianismo. Al contrario, es una de las posturas filosóficas más serias que hay en Estados Unidos. Yo estoy en total desacuerdo y, a medida que pase el tiempo, en este blog iré explicando más por qué. Pero bien merece una discusión.
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