En un documento que escribí hace unos días dejaba clara mi posición completa: un acuerdo del Polo con Mockus (de darse) debería estar basado en un compromiso programático en torno a algunos puntos (que no estaría de más empezar a definir) Y (así, con mayúsculas) ministerios. Esto hay que decirlo sin ambages.
En Colombia desde hace ya más de veinte años se volvió una fórmula exitosa para conseguir votos el dárselas de "antipolítico." Mockus es una encarnación reciente de ese fenómeno. El "antipolítico" se la pasa denunciando indignado a todo el que hable de puestos, cualquier mención de un ministerio o un instituto ya le parece que es la "vieja política," los "vicios burocráticos," en fin, escojan Uds. su frase favorita.
Esto es un absurdo y hay que decirlo. El Polo Democrático no es un "think tank," ni una sociedad de debates, ni una tertulia literaria. Es un partido político y como tal aspira legítimamente a que sus propuestas se pongan en práctica e inclusive aspira a que algún día llegue a gobernar el país. Eso no tiene nada malo; es lo que debe hacer un partido. Antes bien, sería irresponsable que el Polo se la pasara haciendo propuestas pero sin preocuparse por su aplicabilidad y sin prepararse para gobernar.
Entonces, una posible alianza del Polo con Mockus (que la veo enredada, por cierto), si quiere ser una alianza de verdad, tiene que estar basada en la responsabilidad compartida en el gobierno. Esto, en buen romance, quiere decir, horror de horrores, puestos, ministerios, institutos, cosas de esas.
Es gracias a los puestos, esos mismos que tanto critica la gente, que se produce la responsabilidad política, fundamental en toda democracia seria. Si, por seguir con el caso hipotético, el Polo entra a una alianza de gobierno, es para asumir una responsabilidad, para que le muestre al país que puede gobernar y que el país se lo premie si lo hace bien o se lo castigue si lo hace mal. De otro modo, el apoyo del Polo se convierte en un ejercicio puramente académico que no le sirve de nada ni al partido ni a la democracia colombiana.
En las democracias serias del mundo los acuerdos son burocráticos. Acabamos de ver el ejemplo en Inglaterra y lo vemos todos los días en los países europeos con gobierno de coalición (por ejemplo, Alemania). En Inglaterra entraron en alianza los Tories y los Lib-Dems y la base de esa alianza es: unos cuantos pactos programáticos y un reparto de ministerios. Así ambos partidos son responsables del gobierno y los electores saben a quién evaluar en las próximas elecciones. Los Lib-Dems, que son minoría, adquieren experiencia de gobierno y a cambio renuncian a la cómoda opción de apoyar desde la galería mientras las cosas salgan bien, pero "escurriendo el bulto" cuando vengan los problemas. De eso se trata la responsabilidad política y eso no se logra sin puestos.
Entonces, el Polo no debe avergonzarse de pedir puestos y compromisos programáticos. La pregunta sería, aunque el 30 de Mayo puede cambiar todo el cálculo, ¿qué principios programáticos y qué ministerios pedir?
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